La coleta

Suena el despertador. Todo sigue igual, Leia, sigo sin ser capaz. El último rito de cada mañana sigue siendo rebuscar en la cajita roja dos o tres pinzas a juego con tu ropa, y hacerte una coleta. La trenza tendrá que esperar. Y ahora ya no es cuestión de prisas, ya no tengo esa excusa. Suena mi despertador, la Maestra-Jedi ya se marchó a trabajar, y tú ya te desayunaste tu combinado. Llevas una temporada levantándote antes que yo, con Mami. Hay mañanas en las que incluso vienes a ver si ya estoy despierto. No, no es cuestión de prisas. Simplemente, es que sigo sin ser capaz. Lo siento.

Contigo también sigue casi todo igual, Luke. También. Ha pasado como un año, pero sigo teniendo que llevarte en brazos al salón mientras te espabilas. Sigues pidiendo un segundo colacao, y sigues queriendo que esté a tu lado mientras te vistes. Sigues bajándote los calcetines hasta los tobillos, sigues enfadándote si te peino y te aparto el flequillo. Menos mal que todo lo sigues haciendo de buen humor, o al menos sigue siendo fácil ponerte de buen humor. Y sin prisas, más. Lo que sí ha cambiado son las ganas con las que sales de casa, y entras en el cole.

Todo sigue igual. Cada mañana escucho marcharse a la Maestra-Jedi, y empiezo a pensar en Isabeau y el Capitán Navarre. Suena mi despertador, dos veces. Pero yo ya estoy despierto. Me sigue pasando por la cabeza traeros conmigo a la cama grande, y que le den por culo al colacao y al cole. Tengo cinco minutos de margen y arranca mi horita y pico. "¡Buenos díiiias, papas fríiiias!", "¡Arriba, que ya es de día!". Tu bollito sigue quedándose a la mitad, Leia, ya me lo comeré más tarde, cuando me toque desayunar a mí. Y sigo buscando el papelito del frigo para ver qué merienda toca hoy, como si no lo supierais vosotros. "¡Que hoy sea galletas! ¡Que hoy sea galletas...!". Toca bocadillo. Tenía que haberme levantado cinco minutos antes. A tí, Luke, te sigue dando un poco igual, siempre que no sea fruta.

Esta horita y pico sigue siendo mi horita y pico, pero cada día es un poquito más nuestra horita y pico. Hoy saco de la cajita roja dos pinzas lila y una blanca. Este cepillo no nos gusta tanto como el que usábamos antes, pero ya son menos cuarto. Esta vez la coleta no sale perfecta a la primera, pero tú no te quejas. Venga, vamos al coche. Y a escuchar un poco de rock and roll por el camino. Come On, Come On! Seguimos teniendo dos minutos de margen.

P.S.: Puede que algunos párrafos sean algo confusos, y cueste seguir el hilo de mis pensamientos. Los links que acompañan el texto explican algunas situaciones por las que pasamos, y que dan contexto y sentido a todo. De hecho, son situaciones que dan contexto y sentido a mi vida.

¡Que la Fuerza os acompañe!
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