[Review] El droide de la Academia-Jedi: iRobot Roomba i7+

Hace poco os proponía una pequeña lista de deseos, 12 regalos ideales para un padre friki estresado. Desde sets de Lego o una pulsera cuantificadora, hasta un robot aspirador de gama alta. Pues bien, los Lego ya están montados, la Honor Band 5 me ayuda en mis caminatas y mi particular #OperaciónArroba, y el aspirador iRobot Roomba i7+ nos libera de mucha tarea y nos ayuda a tener la Academia-Jedi libre de polvo y pelusas. Hoy voy a hablaros de él: nuestro droide R-8.
•
Las tareas en casa con mellizos se acumulan, y a veces barrer o pasar la aspiradora no está entre las prioridades, mucho menos entre las que a uno le apetece. Así que toda ayuda es poca. Y el Roomba i7+ de iRobot es perfecto para esto. No es que se encargue de aspirar la casa, es que lo hace todo de una manera asombrosa: mapea toda la casa, aspira todos los rincones, detecta las zonas problemáticas para dar más pasadas, y finalmente vuelve él solo a su base de carga y se vacía automáticamente en su Clean Base. Os comento nuestra experiencia con este Roomba i7+ con más detalle.

Descripción:

No voy a aburriros con muchos datos técnicos, porque los que soléis pasar por este blog no es lo que buscáis. Y hay muchas reviews a las que acudir. Lo que más llama la atención del Roomba i7+ es obviamente su base de carga y autovaciado, más voluminosa de lo habitual. En realidad tiene otros muchos detalles que a mí personalmente me llaman la atención. Para empezar, un filtro de alta eficiencia para retener partículas, polen o ácaros, y rodillos de goma que son más eficientes que los habituales de cerdas. Cuenta con un poder de succión 10 veces mayor al de gamas anteriores, y sin embargo no es muy ruidosa. Yo no puedo comparar, pero la verdad que aspira cualquier cosa que se encuentre en su camino –y si no lo hace completamente, él solo se encarga de dar más pasadas–. Y respecto al ruido, es bastante discreto, salvo en el momento del vaciado automático en la Clean Base, pero no pasa de 5 o 6 segundos.

El robot "aprende" cómo es nuestra casa, con unos ciclos iniciales de exploración y entrenamiento, y traza un mapa inteligente mediante IA con los sensores de que dispone: un sensor de tacto suave para notar el roce con objetos y paredes, un sensor óptico para "entenderse" con la base y ubicarse durante los ciclos de limpieza, sensores infrarrojos para medir distancias, un sensor de seguimiento de suelo como el de los ratones ópticos, y varios sensores de desnivel. Detecta por sí mismo las zonas con más suciedad para dar más pasadas, y recuerda los sitios por los que ya ha pasado. Es flipante ver cómo una vez mapeada la casa, es capaz de hacer los recorridos de limpieza de la forma más eficiente y rápida posible, metiéndose por todos los rincones casi sin tropezarse con muebles o paredes. No va haciendo barridos a topetazos.

Seguimos con una de las características que más me gusta: la aplicación para smartphone. Una vez instalada la app, la configuramos con nuestro wi-fi y la podemos 'bautizar': R-8 (detalle friki: una mezcla entre R2 y BB-8). Con el mapa de nuestra Academia-Jedi generado, podemos delimitar y nombrar habitaciones, y asignar tareas de limpieza completa o por zonas, incluso programarlas para hacer ciclos completos, por zonas, por días, a la hora oportuna, semanalmente... Una vez todo configurado, podremos controlarlo totalmente desde nuestro móvil. O incluso desde nuestro asistente Google Home o Alexa. Basta con decir: "–OK Google, limpia la cocina". Y ya está.

Según nos cuentan desde iRobot y vemos en su web, es el gadget perfecto si además tienes mascota, por su potencia, sus rodillos especiales y sus filtros. Da la casualidad que desde hace muy poquito anda por casa un nuevo padawan adoptado, sensible a el lado felino de la Fuerza. Por el momento no se han peleado entre ellos, ya veremos más adelante. Para evitar posibles incidentes, puedes crear zonas de exclusión en el mapa virtual de la app. Además el Roomba i7+ cuenta con un dispositivo que crea una barrera Virtual Wall que puedes colocar en una puerta que no quieras que cruce o un rincón al que no quieras que se acerque, como el de los comederos del gato, por ejemplo. ¡Está todo pensado!

Conclusión:

La experiencia con nuestro R-8 hasta la fecha es muy satisfactoria. No es un modelo barato, pero tiene una exclusividad que no encuentras en otros modelos. Puedes olvidarte de barrer o aspirar durante mucho tiempo. Y hasta de vaciar los residuos. En los dos meses que lleva en casa, la bolsa del depósito no está ni medio llena. El autovaciado marca la diferencia. Controlarla con la aplicación del móvil es muy sencillo y práctico, y te da muchas opciones; controlarlo absolutamente todo, o olvidarte del robot si lo tienes programado hasta que te llega una notificación de "Tarea completada con éxito". Salvo algún atasco con flecos de la alfombra, y que debe haber algo de luz para que se ubique y localice correctamente, no da el más mínimo problema. De hecho, otras ventajas que le veo a este tipo de gadget es que no mueven ni levantan el polvo, y que le reconozco es que casi me obliga a recoger un poco la casa de cables, juguetes y trastos antes de ponerla en marcha para evitar obstáculos y tropiezos. ¡La Academia-Jedi nunca ha estado tan ordenada! Y sobre todo, el Roomba i7+ de iRobot nos regala lo mejor de todo: ayuda y tiempo.

¡Que la Fuerza os acompañe!

Suscríbete