Esta semana vuelvo a meterme en uno de los espacios de mi
paternidad que no suelo enseñaros demasiado. Y es que los
cuidados y la crianza incluyen muchas cuestiones, algunas tan mundanas como cocinar y alimentar a la familia. Así que hoy cambio de habitación y de herramientas, y os traigo
una receta. Además, siempre he pensado que no se trata solamente de cocina y alimentación, sino que es importante que mi hijo y mi hija
nos vean cocinar –y realizar muchas otras tareas– tanto a la
Maestra-Jedi como a mí, en
equidad. Y que vean con normalidad tanto a su padre y como a su madre realizar labores cotidianas, domésticas, de intendencia y de
cuidados como lo que son, algo habitual y natural. Enseñar explicando, haciendo y
predicando con el ejemplo. Como en la
ocasión anterior, se trata de una receta sin complicaciones, muy sencillita. No tanto como para que los peques se pongan a cocinar conmigo, ya llegará el momento. Pero lo mejor es la sensación y la
felicidad que produce el escuchar a mi pequeña decirme, aún con churretes en la cara y la cuchara en la mano,
"Gracias, papi, está muy rico".
Risotto con bacon
Como no soy ningún aspirante a
MasterChef, recurro a tips de internet para orientarme, o incluso para improvisar. Pero normalmente el proceso para preparar el
risotto es siempre el mismo, y yo lo hago a mi gusto. Es una receta muy básica, y aunque puedes hacerlos con setas, verduras, legumbres o incluso pescado, a mí particularmente me gusta con bacon.
Todo es siempre mejor con bacon.
Ingredientes para 4 personas:
- Aceite.
- Una cebolla.
- Un calabacín.
- Tres lonchas de bacon ahumado o un blister de taquitos de bacon.
- Cuatro tacitas de arroz, de la variedad italiana arborio.
- Medio vaso de vino blanco.
- Un litro de caldo de vuestro gusto. Yo uso Aneto.
- Queso parmigiano reggiano.
- Mantequilla opcional.
- Y como siempre, un botellín de cerveza (yo uso sin alcohol). Esto también es opcional.
Modus operandi:
Paso 1: sofrito base y cocción de ingredientes adicionales.
Ponemos a calentar un fondo de aceite en una sartén grande o una olla. Picamos muy finita la
cebolla y el
calabacín, y hacemos un sofrito a fuego lento. También puedes añadir un poco de ajo picado, pero eso ya es cuestión de gusto. Una vez bien pochado todo, añadimos el ingrediente elegido para la receta (carne, pescado, verdura, legumbres, etc.). En nuestro caso, el
bacon en daditos.
Abrimos el botellín de cerveza (sin alcohol).
Paso 2: tostar el arroz.
Damos un trago a la cerveza.
Una vez que los ingredientes estén hechos, añadimos el
arroz arborio, que es la más indicada para preparar risotto. Lo rehogamos a fuego medio durante unos cuatro o cinco minutos, para que los granos se tuesten un poco y así aguanten mejor la cocción. Después de esta fase podremos añadir
medio vaso de vino para darle más sabor al plato. Mientras, pondremos a hervir el
caldo que usaremos más tarde para esa cocción en una olla aparte.
Podemos dar otro trago a la cerveza.
Paso 3: añadir el caldo.
Una vez evaporado el alcohol y absorbido el
vino, bajamos el fuego y empezamos a añadir con un cucharón poco a poco el
caldo caliente, removiendo constantemente con una cuchara de madera o una espátula. Al ir añadiendo el caldo, éste se irá evaporando y absorbiendo por el arroz, así que debemos tener cuidado que no llegue a secarse, y siempre se mantenga con algo de caldo en la cocción. Este proceso durará entre unos quince o veinte minutos. Los granos irán adquiriendo cremosidad gracias al almidón que libera esta variedad de
arroz arborio. Acabamos con el caldo, y si fuera necesario, seguimos añadiendo un poco de agua hirviendo, pero nunca deberemos dejar secar del todo el arroz. Con el tiempo y la práctica se aprende a reconocer el punto exacto de
cremosidad y
untuosidad que debe tener el
risotto, ni demasiado seco ni demasiado húmedo. Mientras, podemos seguir con un par de tragos más a la cerveza. Ya queda poco.
Paso 4: mantecar el risotto.
Una vez terminada la cocción, retiraremos del fuego la cacerola y añadiremos el queso
parmigiano reggiano y opcionalmente podemos añadir también un poco de
mantequilla para aportar aún más untuosidad al arroz. Lo mezclamos bien y dejaremos reposar el risotto tapado durante unos cinco minutos antes de servir.
Acabamos la cerveza y echamos el botellín vacío a reciclar (
cubo verde).
Acompañad el plato con vuestra ensalada favorita, y
bon appétit! Seguro que a muchos de vosotros el risotto os gusta más con setas o verduras. ¿O incluso
con fruta? Contad, contad....
¡Que la Fuerza os acompañe!
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Que ricoooooooooo!!! Ya me diste hambreeeeeeeeeee!!!
ResponderEliminarSí que sale rico. Es laborioso, pero simple de hacer, y merece la pena, que luego rebañan el platio! xD
EliminarUna cocina de calidad ofrece la flexibilidad y la funcionalidad necesaria para cocinar una amplia variedad de alimentos de manera eficiente y satisfactoria. También esta calidad puede mejorar significativamente la apariencia y el valor de un hogar.
ResponderEliminar¡Una combinación irresistible de cremosidad y sabor ahumado! Este artículo sobre recetas de risotto con bacon nos invita a disfrutar de un plato reconfortante y lleno de sabor. Con sugerencias y variaciones para adaptarse a diferentes gustos y preferencias culinarias, es una guía completa para aquellos que desean experimentar con este clásico italiano. Desde el risotto de champiñones con bacon crujiente hasta el risotto de espinacas con tocino ahumado, las posibilidades son infinitas y prometen satisfacer incluso a los paladares más exigentes. Además, las instrucciones detalladas y los consejos útiles garantizan que incluso los cocineros menos experimentados puedan preparar estas deliciosas recetas con confianza. Ya sea para una cena familiar acogedora o para impresionar a los invitados en una ocasión especial, el risotto con bacon siempre será una opción ganadora. ¡Prepara tus utensilios de cocina y deja que comience la fiesta de sabores!
ResponderEliminar¡Qué excelente receta! Obtén los mejores productos y alimentos frescos que garantizan la calidad y los beneficios nutricionales necesarios para el crecimiento saludable de los pequeños de la casa.
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