No es por ti, es por mí...

Yo soy el que tiene prisa . Yo soy el que tiene el reloj en la cabeza. Tic Tac Tic Tac detrás de los ojos. Yo soy el se pone de los nervios si te pones la camiseta o los zapatos al revés, si no te subes la cremallera, si no te abrochas el botón. Yo soy el que quiere que salgamos ya, el que quiere que estés preparado para salir ya . Yo soy el que se desespera porque tu hermana tarda en acabarse la leche. Porque tu hermano quiere vestirse conmigo al lado. Yo soy el que tarda un segundo de más en darme cuenta y en pedirte perdón por tirarte del pelo al hacerte la coleta . Y en darte un beso para que me perdones, aunque no haga falta . Yo soy el que olvida estas cosas. El que deja que las prisas me hagan olvidar lo que realmente tengo que hacer. Lo que necesitáis. Yo soy el que se olvida de lo importante que es ese Pikachu, ese dinosaurio, esa tarjeta. Lo importante que es irnos al cole con ese muñeco al que agarrarse. Iluso. Yo soy el que no se para a desear de verdad buenos

Viernes dando la nota #246: Cambio de estación

Cortito y al pie. Cambio de estación. Cambio de ritmo y de horarios. Cambio hasta de clima, por unos días solo. Cambio de luz, todo parece como un espejismo, más brillante. Volverá a llover, pero la luz no volverá a ser la misma. Cambian muchas cosas, pero en el fondo casi todo sigue igual. Hace unos días leía a mi querido Adrián Cordellat sobre el paso del tiempo, sobre cómo recordamos nuestra infancia como si el tiempo no se moviera y todo fuera eterno. Como una línea de tiempo en pause, escribía él. Y sin embargo ahora la percepción que tenemos –que yo tengo– es la de que se nos escapa, por todas las costuras. Tus niños dejan de serlo demasiado rápido, nosotros renunciamos ya no se sabe ni cuándo, y las estaciones, semanas, trimestres, cambios de armarios y boletines de notas se suceden sin dejarnos aliento. Se nos escapan precisamente los momentos en los que el tiempo se para. Y me descubro recordando vacaciones ancladas en mi niñez, viajes de los que no recuerdo qué año fueron, y libros e historias antiguas que me gustaría no olvidar. Y al final vuelvo a recordar canciones viejas, la música que siempre vuelvo a escuchar, yo para algunos ratos, me quedé en Bowie y T.Rex.


Pero ya sabéis que yo tarde o temprano, siempre vuelvo a Bowie (y a Loquillo). Ya lo adoraba antes, pero ahora se ha convertido en una de mis constantes. Es lo que tiene amar a las estrellas. Lo de T.Rex es otra cosa, pero también me sirve de ancla y parar el tiempo. Y si es Debbie Harry la que sube y se adueña del escenario, mejor.


La semana que viene sí querré que pase rápido el tiempo, y no, no será por las vacaciones escolares. Os doy una pista: vivo y trabajo en Sevilla. La semana que viene, más. Sed libres.

¡Feliz #VDLN! ¡Y que la Fuerza os acompañe!
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Comentarios

  1. Ay... El tiempo... Nuca va al ritmo que nos gustaría...
    Ánimo para la semana que te espera, que pase rápido!

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  2. ¡Qué grande Loquillo!
    Mucho ánimo con Sevilla y su marcha...

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  3. Se ve que ayer tuvimos un día lleno de nostalgia jejeje

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  4. Hasta parece que suenan acordes y música de T. Rex. Todos tenemos música que recuperamos, añorando tiempos pero a la vez se hacen presente y no pierden el brillo. Blondie con una versión de T. Rex. Grandes T. Rex.
    Un saludo.

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