No es por ti, es por mí...

Yo soy el que tiene prisa . Yo soy el que tiene el reloj en la cabeza. Tic Tac Tic Tac detrás de los ojos. Yo soy el se pone de los nervios si te pones la camiseta o los zapatos al revés, si no te subes la cremallera, si no te abrochas el botón. Yo soy el que quiere que salgamos ya, el que quiere que estés preparado para salir ya . Yo soy el que se desespera porque tu hermana tarda en acabarse la leche. Porque tu hermano quiere vestirse conmigo al lado. Yo soy el que tarda un segundo de más en darme cuenta y en pedirte perdón por tirarte del pelo al hacerte la coleta . Y en darte un beso para que me perdones, aunque no haga falta . Yo soy el que olvida estas cosas. El que deja que las prisas me hagan olvidar lo que realmente tengo que hacer. Lo que necesitáis. Yo soy el que se olvida de lo importante que es ese Pikachu, ese dinosaurio, esa tarjeta. Lo importante que es irnos al cole con ese muñeco al que agarrarse. Iluso. Yo soy el que no se para a desear de verdad buenos...

Diez o doce metros

Son solo unos diez o doce metros, pero me parecen un salto al vacío. Quizás porque son los primeros diez o doce metros. Sin cuerda, sin red de seguridad, sin anclajes, casi sin beso de despedida.

Vale. Puede que exagere un poco y me ponga en modo Drama Queen, pero me lo vais a perdonar, es la primera vez. No la primera que me pongo ñoño, no, ya me conocéis. Reivindico mi derecho a ser vuestro papá ñoño siempre que puedo. Me refiero a que esta mañana en la puerta del colegio ha sido la primera ocasión en la que os he sentido alejaros...

Será por el frío, pero hoy era imposible aparcar en las inmediaciones del cole. No me gusta parar en doble fila, sobre todo si venís conmigo en el coche. Lo evito siempre. Pero esta vez no había otra opción para que llegarais a tiempo. Vosotros también lo sabíais y os han entrado las prisas. Me detengo a un lado al principio de la calle, pongo las luces de emergencia, casi ni cierro el coche, os abrigo bien, y os bajo las mochilas. Y salís disparados hacia la puerta. Diez o doce metros.

Medio segundo de duda y me quedo parado junto al coche, viendo como amagáis con alejaros. Intento pararos para daros el beso de cada mañana, y deciros que lo paséis bien, como siempre. También has dudado ese medio segundo, Luke, pero te llevas tu beso y sigues tu camino. –"No hay tiempo, Papi, que llegamos tarde", me has dicho mirando atrás a medio camino, Leia. Pero al verme te has parado, me has sonreído, y también te vas con tu beso. Me quedo junto al coche, y os veo entre otros chavales recorrer solos esos diez o doce metros.

Menuda tontería, dirán algunos. Alguien leerá esta anécdota y pensará que tengo alguna tara. Sé que los hay que se despiden de sus peques –más mayores– ya desde la esquina, o al principio de la calle, o incluso los dejan ir a la entrada sin bajarse del coche. Lo chocante para mí ha sido comprobar su determinación y sobre todo, verlos con esa autonomía. Para mí han sido mis primeros diez o doce metros, y no por gusto. Ayer los acompañaba hasta la puerta, casi de la mano, y hoy ya eran mayores para ir solos. Mañana o pasado mañana puede que hasta yo también piense que es una tontería. Un ñoño. Un Drama Queen. Hoy ha sido un salto al vacío.

¡Que la Fuerza os acompañe!
Síguenos en Facebook

Suscríbete por correo electrónico.

Comentarios

  1. Te entiendo perfectamente , viva esa ñoñería y ese ¡No quiero que crezcan!.
    Ya sabemos que se harán mayores, autónomos , viviremos nuevas experiencia también bonitas pero naturalmente se irán alejando de nuestro lado poco a poco como hicimos nosotros de nuestros padres y es tan tan duro, hoy sólo han sido 10 12 metros poco a poco irán siendo más, pero como todas las primeras veces de los padres, duele.
    Estoy contigo paisano , me ha encantado tu post, me veo tan reflejada ...
    Un beso y que la fuerza te acompañe para para seguir viviendo momentos así .

    ResponderEliminar
  2. Buah! Tu tienes la suerte de acompañarlos al cole. Yo tengo que despedirme cada día mientras duermen, no puedo disfrutar de esos diez o doce metros. No es una tontería, es que crecen y cada vez son más independientes, cada vez nos requieren menos. Llegará el día en el que nos digan que no hace falta que les acompañemos, que van ellos solos con los amigos. Entonces sí que nos dará pena no haber "disfrutado" esos diez o doce metros.
    Vívelos, amigo. Que merecen la pena

    ResponderEliminar
  3. Ay que tarde en llegar mi salto al vacío. Siempre consigues emocionarme pero también me preparas para lo que sé llegará. Gracias

    ResponderEliminar
  4. Jo, a mí no me parece una tontería.
    Si soy de las que se quedan hasta el final cuando ya suben las escaleras en sus filas de clase para verles desaparecer por la puerta. No es que piense que se vayan a escapar, pero me quedo más tranquila...

    ResponderEliminar
  5. Ayer nada. Hoy 10 metros. Mañana serán 10 minutos entre que van y vienen. Pasado, volarán ellos solos. Es lo que hay. El sabor agridulce del que los ve marchar pero sabe que las cosas son así, y así es como deben ser. Y está bien. Sentirlo y vivirlo. ;)

    ResponderEliminar
  6. Te entiendo tanto!!!! Yo todavia no he tenido que hacerlo pero temo el dia que me pase lo mismo y tenga que verlas alejarse, solas, sin mi. Supongo que tendremos que ir haciendonos a la idea de que crecen, aunque yo, pienso apurar al maximo que llegue ese momento jejeje

    ResponderEliminar
  7. yo soy igual de ñoña (o más jajajajja) y me pasa exactamente igual, aun dejandolo en la clase pues es todavia peque, te da como noseque dejarlo atras ....pero a la vez te sientes orgullosa de ver que pueden hacer sus cosas de mayor, con autonomia ^___^

    (la punzada en el corazón no te la quita nadie por eso jajajajaja)

    ResponderEliminar
  8. De ñoño nada, me parece de una ternura y un cariño tan grande!! LaLtoma de conciencia de que crecen y ese cordón umbilical que nos une a ellos cada año se estira y estira... No dejes nunca de ser así!!!!

    ResponderEliminar
  9. ¡De tontería nada!
    Debe sentirse una mezcla de orgullo y tristeza cuando se ve a los peques crecer. Y no somos conscientes de ello hasta que ocurren estos pequeños detalles.
    Mi hija tiene apenas un año, pero ya empiezo a sentir nostalgía de todos los momentos que no volverán.

    ResponderEliminar
  10. De ñoño nada! A mí me pasa igual. Nosotros la dejamos en el patio y sube unas cuestas que hay de Más patios y desde arriba nos saludan antes de meterse al edificio, pues cada día que pasa la veo más grande y cada día su manita saludando llega más alto y se me encoje el corazón :)

    ResponderEliminar
  11. Al contrario hacen falta días de sentirse ñoño, yo la verdad y no sé qué dirán hay veces que cuando los dejo al cole a siento un alivio porque algunas mañanas son más pesadas que otras pero también he de reconocer que se hacen grandes y que todo va a menos, al menos con mi hija es darle un beso y me dice: ya mami marcha... en cambio mi Terri aún me da esos abrazos de oso que nunca acaban... yo también tengo mi momento de ñoña.

    ResponderEliminar
  12. Cómo te entiendo. A mi también me pasó algo parecido la primera vez que deje a la peque que fuera solo a la puerta de cole. No hace falta que me acompañes, me dijo, ya soy mayor. Y desde ese momento solo el hilo que nos une y nos separa de hace más grande para dejarla también su propio espacio.

    ResponderEliminar
  13. Comparto tu sensacion. Me ha pasado lo mismo este ultimo curso con mi hija mayor. Y se siente...esa autonomia se percibe y se siente

    ResponderEliminar
  14. A mi me cuesta ponerme en situación porque vivimos en un pueblo de 400 habitantes que es casi aldea, así que aquí lo de que los crios vayan solos es algo normal. EL mío con 5 años baja solo al parque o sale a la calle con los vecinos mientras hago la comida. Al cole lo llevo yo, pero muchos niños con su edad ya van completamente solos...esto es otro mundo jaja. Lo que a mi me va a costar, es el día que se vaya a estudiar a la capi, o de fiesta un día. Ese día, no duermo.

    ResponderEliminar
  15. Qué bonitos son estos post tuyos!!! Llámalos ñoños para mí son sentimiento y realidad ��

    ResponderEliminar

Publicar un comentario