No es por ti, es por mí...

Yo soy el que tiene prisa . Yo soy el que tiene el reloj en la cabeza. Tic Tac Tic Tac detrás de los ojos. Yo soy el se pone de los nervios si te pones la camiseta o los zapatos al revés, si no te subes la cremallera, si no te abrochas el botón. Yo soy el que quiere que salgamos ya, el que quiere que estés preparado para salir ya . Yo soy el que se desespera porque tu hermana tarda en acabarse la leche. Porque tu hermano quiere vestirse conmigo al lado. Yo soy el que tarda un segundo de más en darme cuenta y en pedirte perdón por tirarte del pelo al hacerte la coleta . Y en darte un beso para que me perdones, aunque no haga falta . Yo soy el que olvida estas cosas. El que deja que las prisas me hagan olvidar lo que realmente tengo que hacer. Lo que necesitáis. Yo soy el que se olvida de lo importante que es ese Pikachu, ese dinosaurio, esa tarjeta. Lo importante que es irnos al cole con ese muñeco al que agarrarse. Iluso. Yo soy el que no se para a desear de verdad buenos

Sonrisas y lágrimas

Ayer mis mellizos cumplieron 11 semanas.

Cada vez que alguien nos para por la calle al ver el carrito doble y pregunta cuánto tiempo tienen al verlos tan pequeños, tengo que detenerme un momento a pensarlo. Ya no hay tiempo para llevar esas cuentas. Imaginaos como para actualizar mínimamente este blog.

Nos pasamos gran parte del embarazo midiendo nuestros días en semanas, hasta la ridícula reducción de decir que vinieron con 35+4 semanas (35 semanas mas 4 días, a los médicos no los saques de sus protocolos). Ahora la medida del tiempo es algo que ha perdido todo sentido. Dos meses y pico, el día 3 hicieron dos meses, diez semanas... Son solo fechas.
Yo ya cuento sonrisas, miradas, llantos. Luke y Leia están empezando a interactuar, a reconocernos. Poquito a poco. Cada vez que les sacamos una sonrisa nos damos un ligero codazo para que el otro no se la pierda. Incluso intento hacer fotos o grabar un video.

Por ahora solo reaccionan así de tanto en tanto, pero cuando alguno se me queda mirando, fijamente, ya sea con amago de lágrima esperando a ser consolada, o con una medio sonrisa a punto de explotar, se detiene el tiempo y se borra el resto del mundo, ya no puedo pensar en otra cosa.
Cada nueva sonrisa es una nueva fecha. El día que Leia, o Luke, me alce los brazos para que lo abrace...

¡Que la Fuerza os acompañe!
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