No es por ti, es por mí...

Yo soy el que tiene prisa . Yo soy el que tiene el reloj en la cabeza. Tic Tac Tic Tac detrás de los ojos. Yo soy el se pone de los nervios si te pones la camiseta o los zapatos al revés, si no te subes la cremallera, si no te abrochas el botón. Yo soy el que quiere que salgamos ya, el que quiere que estés preparado para salir ya . Yo soy el que se desespera porque tu hermana tarda en acabarse la leche. Porque tu hermano quiere vestirse conmigo al lado. Yo soy el que tarda un segundo de más en darme cuenta y en pedirte perdón por tirarte del pelo al hacerte la coleta . Y en darte un beso para que me perdones, aunque no haga falta . Yo soy el que olvida estas cosas. El que deja que las prisas me hagan olvidar lo que realmente tengo que hacer. Lo que necesitáis. Yo soy el que se olvida de lo importante que es ese Pikachu, ese dinosaurio, esa tarjeta. Lo importante que es irnos al cole con ese muñeco al que agarrarse. Iluso. Yo soy el que no se para a desear de verdad buenos

Una cama más grande

"Son fases que tienen", "se les pasa pronto", "ya lo echarás de menos"... Sí, yo también he soltado estas verdades absolutas. Hasta cuando no me han preguntado. Seis años ya, y ahora soy yo el que se pregunta "¿cuándo?". ¿Cuándo dejaré de arrepentirme de no haber comprado una cama más grande? No para ellos, que tienen unas camitas preciosas; para nosotros.

Son las 2 y media, o las 4, o las 6 menos cuarto de una noche cualquiera, y empieza el baile.

En ocasiones es Leia la que se despierta, pero ya no es habitual, y es solo por un poco de agua, o decirnos "tequieromuch...zZzzzZzzzzz...". Ha sido Luke el que se sobresalta en la cama, pidiendo que le espantemos algún miedo. Tengo dos opciones, si es que no ha aparecido ya junto a nosotros o directamente se ha metido entre las sábanas: o voy a calmarlo hasta que vuelva a dormirse, o lo traigo con nosotros. El riesgo de que yo caiga zombie antes de que se calme y acabe pasando la noche hecho un ovillo en su camita está ahí latente, así que esta vez me lo traigo. Los veinte y pico kilos de niño inquieto se notan junto a nosotros, sobre todo porque no para de moverse y dar vueltas. Lo malo es que devolverlo a su cama ya no es tan fácil como cuando eran más pequeños. Y la escena, como en un gif animado, puede repetirse una, dos, tres veces...

Los años de cansancio acumulado y tantos meses años de sueño intermitente no ayudan. De más pequeños, estos incidentes se solucionaban calmándolos un poco y llevándolos de vuelta a sus camas. Seguía siendo agotador, y la falta de descanso es devastadora, pero eran tamaños más... manejables. Empiezo a quedarme dormido de nuevo... Eran más manejables... Colechar podía ser tan bonito... Y éramos más jóvenes... zZzzz... Aún teníamos energ... "¡Luke, me clavas el codo en la espalda!".

Como decía el amigo Antón en su blog, nunca pensé que al tener mellizos te convalidasen primero de faquir. Hace unos días se hizo viral un vídeo que publicó una madre que mostraba las noches terribles que pasaba con sus tres hijos. El comentario general era que todos nos sentíamos identificados con ella, aunque su caso es bastante extremo, una noche de las malas. Pero lo malo no son sólo las noches malas, como las de la amiga Melanie –que también–. Son seis años ya, y seguimos haciéndonos la pregunta: ¿Cuándo? Al menos si nos hubiéramos decidido por comprar una cama más grande...

P.S.: Este post lo he escrito yo, pero podéis leerlo como si lo contara la Maestra-Jedi. De hecho, su lado de la cama es el más cercano a la puerta del dormitorio... 😓

¡Que la Fuerza os acompañe!
Suscríbete
Suscríbete por correo

Comentarios

  1. Uff como te entiendo, creo que Paula dejó de venirse a la cama con esa edad. Ahora cuando dormimos con ella, casi siempre lo hace su padre que no se entera de todo lo que se mueve. Yo no descanso con una persona dando vueltas en la cama, y que hora sueña y habla!
    Muchos ánimos!

    ResponderEliminar
  2. Tenéis que comprar una cama "King Dize", el otro día vi una en una casa y flipe.
    Un abrazo!

    ResponderEliminar
  3. Por aquí tienes a una que echa de menos que su hija mayor se venga a la cama, ya sea porque estaba malita, porque tenía miedo, o porque era sábado y papá se había ido a trabajar...Con casi 16 años que tiene ya hace mucho que no quiere ni que la acompañe a su cuarto cuando se va a dormir...ha pasado tan rápido...y ahora soy una zombie porque hace casi 3 años que no duermo una noche del tirón, pero intento saborearlo al máximo porque soy consciente de lo rápido que pasa...pero te entiendo!!!
    Un abrazo, la Fuerza es muy intensa en tu familia, jejeje

    ResponderEliminar
  4. Llega un momento en el que nuestro pequeño crece lo suficiente como para tenerle que cambiar la cama, necesitándose una más grande o que deje más espacio en su habitación. Es habitual compartir habitación cuando se tiene un hermano mayor o menor, pero llega cierto momento en la vida en que ambos quieren su espacio. Empezar por una cama más grande es una buena opción.

    ResponderEliminar
  5. Es muy importante decorar los dormitorios de nuestros hijos. Decorar las paredes con cuadros y pinturas es una muy buena opción, pero hay otras alternativas mejores. Podemos decorar las paredes con letras de madera, podremos elegir aquellas que más nos gusten y decorar la habitación a nuestro estilo.

    ResponderEliminar
  6. duermex.com

    Al cambiar de cama, es crucial elegir un colchón cómodo. Un buen colchón garantiza un sueño reparador, mejora la postura y contribuye a la salud general, asegurando que descanses bien cada noche.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario