No es por ti, es por mí...

Yo soy el que tiene prisa . Yo soy el que tiene el reloj en la cabeza. Tic Tac Tic Tac detrás de los ojos. Yo soy el se pone de los nervios si te pones la camiseta o los zapatos al revés, si no te subes la cremallera, si no te abrochas el botón. Yo soy el que quiere que salgamos ya, el que quiere que estés preparado para salir ya . Yo soy el que se desespera porque tu hermana tarda en acabarse la leche. Porque tu hermano quiere vestirse conmigo al lado. Yo soy el que tarda un segundo de más en darme cuenta y en pedirte perdón por tirarte del pelo al hacerte la coleta . Y en darte un beso para que me perdones, aunque no haga falta . Yo soy el que olvida estas cosas. El que deja que las prisas me hagan olvidar lo que realmente tengo que hacer. Lo que necesitáis. Yo soy el que se olvida de lo importante que es ese Pikachu, ese dinosaurio, esa tarjeta. Lo importante que es irnos al cole con ese muñeco al que agarrarse. Iluso. Yo soy el que no se para a desear de verdad buenos

El escalofrío de después

Con mis mellizos ya cerca de los cuatro años y medio, me pongo a escribir de nuevo sobre pañales y pis nocturnos. Sobre pañales, sí, porque la anécdota que da pie a este post arranca hace ya unos dos años, cuando en verano empezamos con la 'Operación Pañal'. Ya nos queda lejos, pero aún recuerdo con temblores las semanas que pasamos asimilando rutinas y control de esfínteres, ganas y apretones. Y pasando la fregona todo el día.
La pequeña Leia se acostumbró casi desde el primer día a dormir sin pañal, demostrando un control y un aguante impropios. Con su hermano empezamos un par de semanas después, pero durante las noches le mantuvimos el pañal, porque no aguantaba tantas horas. Cuando por fin se lo quitamos por la noche, es cuando llega la anécdota. Para evitar fugas y escapes nocturnos, antes de acostarme, sacaba a Luke de su cama y lo llevaba en brazos al servicio, dormido. Parecía increíble, pero era –y sigue siendo– capaz de orinar sin despetarse. Y de vuelta a la cama, de nuevo en brazos. El quid era conseguir no despertarlo, porque entonces, la habíamos cagado.


Todo esto me viene a la memoria por un post de otro de los Papás Blogueros, el compañero Marq, Padre en Estéreo. En su blog contaba que se sentía como el mismísimo Indiana Jones, llevando a la cuna a uno de sus mellizos, intentando que no se despertara.

Volviendo a nuestra anécdota, ahora no es como entonces. Luke superó hace mucho el tema de los pipís nocturnos, pero en ocasiones se acuesta sin ir al baño antes, y seguimos haciendo la misma maniobra. Llevo sus veinte kilos largos de peso muerto en brazos, lo siento en la taza del váter sin que se inmute, y orina como si tal cosa. Me asombra esa habilidad. Hasta escurre la última gota, se relaja, y entonces no puedo dejar de sonreír cuando le da, dormido aún, el escalofrío de después.

Porque es indiferente a la edad que uno tenga. ¿O es que a vosotros cuando os desahogais no os da ese escalofrío?

¡Que la Fuerza os acompañe!
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Comentarios

  1. Yo tengo que empezar con Pedro ahora con el buen tiempo. Me dijeron que estaba preparado el verano pasado, pero entre exámenes que tenía yo y la muerte de mi madre, no estaba muy de ánimo. Me veo todo el día con la fregona en la mano y mucha paciencia. Hace poco lo intenté un fin de semana y lo cambié seis veces hasta que le puse de nuevo pañal. En fín, necesito suerte y al toro

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    1. No pasa nada por hacerlo antes o después. Lo importante es que el peque esté preparado, y lo asimile con normalidad. Puede ser agotador e intenso, pero cuanto más fácil os lo pongáis, mejor. Con el buen tiempo lo que te evitas es mojar o ensuciar más ropa de la cuenta. Los míos lo hicieron en verano, y estaban todo el día en calzoncillos y braguitas, o bañadores. ;)
      Suerte, y al toro!!

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  2. Estamos en la proto historia del asunto.. 29 meses y contando

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    1. jeje Mucho ojo. E truco muchas veces es estar pendiente a las señales, intentar daros cuenta de cuándo está con ganas de hacer pis, atentos para adelantaros a los escapes. Es complicado, pero si el peque está preparado y "colabora", es todo más fácil siempre ;)
      Suerte!

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  3. Cangrejito ya está lejos de todo esto pero dentro de poco me tocará con Bebecangrejo, menudo estrés.

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    1. jeje Si. Menos mal que ya pasamos por todo aquello de una sola vez. Ventajas de tener la 'parejita de golpe' ;P

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  4. Ayyyy menos mal que ya lo pasé. Creo que hasta ahora, es lo que más miedo me ha dado empezar, y luego he visto que no era para tanto. Pero aun así, no me gustaría tener que volverlo a pasar.
    Un abrazo.

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    1. Si, es un trago por el que hay que pasar, no es ningún drama (a menos que haya algún problema), pero cuanto antes lo pase uno, mejor ;)

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  5. Siempre hay un momento para controlar lo del esfinter, unos mas pronto y otros más tarde. Yo lo pasé hace mucho tiempo ( ahora pronto me tocará son los nietos si los traen mis hijo) pero el mejor momento es en vacaciones y se va a la playa. Allí se les deja con el culito al aire y ellos se acostumbran a pedir y si no pues no pasa nada. Están en el agua o en la arena. Me da mucha rabia cuando voy a la playa y a niños pequeños los tienen con pañales. Incluso los llevas a bañarse con los pañales. ¡Pobres niños!
    Un abrazo

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    1. Pues si, nosotros también aprovechamos el verano y la playa. Y tampoco me explico lo de dejarles el pañal pudiendo estar 'libres' ;)

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