No es por ti, es por mí...

Yo soy el que tiene prisa . Yo soy el que tiene el reloj en la cabeza. Tic Tac Tic Tac detrás de los ojos. Yo soy el se pone de los nervios si te pones la camiseta o los zapatos al revés, si no te subes la cremallera, si no te abrochas el botón. Yo soy el que quiere que salgamos ya, el que quiere que estés preparado para salir ya . Yo soy el que se desespera porque tu hermana tarda en acabarse la leche. Porque tu hermano quiere vestirse conmigo al lado. Yo soy el que tarda un segundo de más en darme cuenta y en pedirte perdón por tirarte del pelo al hacerte la coleta . Y en darte un beso para que me perdones, aunque no haga falta . Yo soy el que olvida estas cosas. El que deja que las prisas me hagan olvidar lo que realmente tengo que hacer. Lo que necesitáis. Yo soy el que se olvida de lo importante que es ese Pikachu, ese dinosaurio, esa tarjeta. Lo importante que es irnos al cole con ese muñeco al que agarrarse. Iluso. Yo soy el que no se para a desear de verdad buenos

Posesiones y obsesiones

Todos tenemos obsesiones. Pequeñas o grandes. Pequeños y grandes. Muñecos preferidos, canciones, unas zapatillas de Peppa Pig, un lápiz de cera rojo -"¡Rojo, rojo, rojo!"-, la jaca de Lego, la pieza del puzzle con forma de león... El pequeño Luke es un coleccionista de obsesiones, juguetes preferidos y fetiches. Y ha ido pasando de uno a otro, volviendo a alguno ya casi olvidado, y encontrando nuevos amores incondicionales infantiles.
En esta foto faltan ya algunos: un león de un kit de Playmobil perdido no-se-sabe-dónde-ni-cuándo, y el león de cartón de un puzzle de piezas grandes, estropeado por empeñarse en meterlo en la bañera con él. Aún no domina el poder de la Fuerza. Entre leones y jacas están sus obsesiones recurrentes. Y el color rojo. Hay días en los que el 'no' es su única respuesta para todo, lo domina el Reverso Tenebroso, y no hay forma de tratar con él. Hasta para salir a la calle o ir al parque, y hay que recurrir al "¿qué muñeco te quieres llevar?", y que por fin acceda contento a salir, si es con uno de sus tesoros. Lo mismo en muchas ocasiones para irse a la cama a dormir, sentarse a la mesa a comer, o quedarse conforme en la sillita del coche.

Y es que hay juguetes y juguetes. Tesoros, como el Anillo Único de Gollum. Siempre intentamos que aprendan a compartir sus posesiones, sus muñecos y juguetes, y siempre les respondemos a sus "¡Es mío!" con un "Es de los dos". Casi siempre. El concepto de posesión aún es muy abstracto para los peques, y quitarles un juguete muy querido, aunque sea por un momento, es para ellos como quitarles un dedo, o un pie; forma parte de ellos. Aún tienen que aprender y asentar esas experiencias. Y hay que ser conscientes de que está bien que dejen sus juguetes al hermano, o a algún otro niño en el parque, y compartan, pero también es importante empatizar y poner unos límites razonables, no caer en situaciones problemáticas evitables e innecesarias. "El miedo a la pérdida un camino hacia el Lado Oscuro es", Maestro Yoda dixit. Ellos saben qué quieren compartir y qué no. Y que un niño no quiera compartir uno de sus tesoros no es un acto de egoísmo, sólo están forjando su personalidad y descubriendo hasta dónde llegan sus límites. Todo es un proceso de aprendizaje. Los caminos de la Fuerza.
El Monstruo de las Cuatro Cabezas.
Los pequeños padawanes ya se conocen lo suficiente como para manejarse entre ellos, y autogestionar pequeños berrinches. Luke es más posesivo (y cabezota), y ni siquiera su hermana discute con él por sus cosas. Si pide o llora por alguno de sus tesoros, Leia no tiene problema en ir en su busca y dárselo: "Toma, JavierLuke, tu jaca". Y Luke sabe cuáles son las cosas de su hermana, y normalmente las respeta. Lástima que no podamos tener dos de cada juguete, material didáctico o muñeco que comparten, porque a veces es inevitable tener disputas, y se desata el Lado Oscuro en casa de los pequeños aprendices de jedi.

¡Que la Fuerza os acompañe!
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P.S.: La figura de Lego es en realidad una vaca, pero aún no hemos conseguido convencer a Luke de que no es un caballo, o jaca, como él la llama. En realidad, gran parte de la fauna de juguete que cae en sus manos acaba siendo jacas. Obsesiones. Otro día os contaré sobre las fijaciones dela pequeña Leia, que también...

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