"
Vacaciones a medias", podría haberse titulado este post. Aún me quedan días para poder olvidarme del trabajo por un tiempo y disfrutar a tope de los
padawanes y la
playa. Con mi
reducción de jornada solo trabajo por la tarde, así que por las mañanas hay tiempo para bañador, cubo y pala, protector solar y chapuzón. Lo malo es que entre la playa y mi centro de trabajo hay unos 90 kilómetros de distancia. Así que me toca comer
kilómetros. Cada día. O casi cada día.
Salir de la redacción pasadas las 10 de la noche, ahora que aún hay restos de luz en el cielo, y llegar a la
Academia Jedi de verano cuando ya los
padawanes están descansando. No está mal del todo, es lo que más o menos hago el resto del año, salvo por el kilometraje. Otra cosa es dejarlos a mediodía en la
playa, para irme a comer solo –casi siempre–, y montarme de nuevo en el coche. Eso lo llevo
peor. Esa hora al volante se me hace dura. Pero al menos puedo pasar un buen rato
bañándome con los peques.
Con tres años y medio, este es su primer verano con la suficiente
autonomía e independencia como para que disfruten libremente –y acompañados– del baño y las olas. A veces con
'manguitos', otras veces sin ellos. Aún no saben
nadar, pero van teniendo dominio y practican sin miedo. Ya lo de ir a la playa tiene un significado parecido a ir al parque, o a una
fiesta. Lo disfrutan a tope. Y nosotros también.
A todo esto se suma la
consciencia que ya van demostrando los peques. Me despiden con
besos cuando me voy, y
Luke me abraza y me
mima cuando descubre que he vuelto a casa. Me hacen sentir
especial. Entienden esta
rutina que se ha instalado en nuestro día a día, aunque no sepan de distancias ni geografía, pero el hecho de mostrar ese cariño, y de sentir esa falta y esa alegría me compensa de todo. Y por
compartir todo esto con nuestra complicidad de siempre con la
Maestra-Jedi, que también me lo hace todo más fácil, y más
intenso.
¿Qué me faltaba...? Ah! Sí, lo de los
catálogos. Entre ratos de playa, kilómetros de carretera y horas en la redacción, por si acaso llegara a
aburrirme, estamos inmersos en plena
mudanza, a una nueva y más espaciosa
Academia-Jedi. Así que me esperan unas vacaciones tremendas. Pero eso ya es otra
historia.
Madre mía!! Y nosotros tenemos la playa a menos de 1 km y nos da una pereza increible! Un plas plas plas por ese esfuerzo, se ve que el resultado merece la pena!! Y de mudanza... Espero que esas "tremadas" vacaciones sean por momentos inolvidables y que vayan muy bien!
ResponderEliminarBueno, es la casa que alquila la Abuela-Jedi cada verano, a 50 metros de la playa (y otros 50 de la Ría, la otra playa de Punta). Yo, hasta que no empiece las vacaciones, me toca coger el coche cada día. Y la mudanza, pues poco a poco... Nuca se acaba ;)
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