No es por ti, es por mí...

Yo soy el que tiene prisa . Yo soy el que tiene el reloj en la cabeza. Tic Tac Tic Tac detrás de los ojos. Yo soy el se pone de los nervios si te pones la camiseta o los zapatos al revés, si no te subes la cremallera, si no te abrochas el botón. Yo soy el que quiere que salgamos ya, el que quiere que estés preparado para salir ya . Yo soy el que se desespera porque tu hermana tarda en acabarse la leche. Porque tu hermano quiere vestirse conmigo al lado. Yo soy el que tarda un segundo de más en darme cuenta y en pedirte perdón por tirarte del pelo al hacerte la coleta . Y en darte un beso para que me perdones, aunque no haga falta . Yo soy el que olvida estas cosas. El que deja que las prisas me hagan olvidar lo que realmente tengo que hacer. Lo que necesitáis. Yo soy el que se olvida de lo importante que es ese Pikachu, ese dinosaurio, esa tarjeta. Lo importante que es irnos al cole con ese muñeco al que agarrarse. Iluso. Yo soy el que no se para a desear de verdad buenos

Heroína

Un buen día, antes de que llegaran Luke y Leia, se me ocurrió que sería buena idea llevar un blog. Para contar mis batallitas, para satisfacer el puntito exhibicionista que casi todos tenemos, y para guardar para otro momento vivencias y recuerdos que rescatar en el futuro. Para mis hijos, para mí y para la mamá.

Este es un blog personal, pequeñito, humilde. De un padre que la mayor parte del tiempo no tiene ni idea de lo que hace, casi todo lo basa en el instinto (¿paternal?, ¿maternal?) y en la improvisación. La mayoría de las cosas que cuento son, obviamente, desde mi punto de vista, el de un papá. Además, un papá primerizo. ¡Y de mellizos!

Ahora llega el momento de confesaros algo. Algo muy gordo, algo que no he comentado nunca con nadie: con el paso del tiempo, y de los artículos y entradas, el sentido del blog ha ido cambiando, poco a poco. Ahora lo único que persigo y pretendo es hacer sentir orgullosa a mi mujer, a la mamá de mis hijos.

La mayor parte del tiempo lo que intento es estar a su altura, que se sienta aliviada por tenerme de compañero como padre de sus hijos, de compartir cada momento, cada problema y cada alegría con ella. Y que se sienta feliz, satisfecha y orgullosa de estar conmigo.

No voy a contar cómo es ella, las cosas de las que es capaz, todo lo que hace y todo lo que consigue. Ni lo buena madre que es, lo que la adoran nuestros pequeños, ni lo feliz que me hace a mí, ni lo trabajadora, graciosa, alegre, competente, deslumbrante e inteligente que es. Ni cómo brilla, cómo ilumina nuestra vida. Ni lo preciosa que es.

Sólo lo inmensamente afortunado que me siento, la inmensa suerte (por triplicado) que tengo. Y que ojalá consiga hacer que se sienta orgullosa. Que se sienta feliz, satisfecha y orgullosa de estar conmigo.

PD.: Hoy es nuestro aniversario de bodas. Pero que eso no os confunda, la fecha ha sido mera casualidad. Ana es mi heroína diaria. Desde hace ya mucho tiempo. Y lo seguirá siendo por muchísimo mas tiempo.
¡Que la Fuerza os acompañe!
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