No es por ti, es por mí...

Yo soy el que tiene prisa . Yo soy el que tiene el reloj en la cabeza. Tic Tac Tic Tac detrás de los ojos. Yo soy el se pone de los nervios si te pones la camiseta o los zapatos al revés, si no te subes la cremallera, si no te abrochas el botón. Yo soy el que quiere que salgamos ya, el que quiere que estés preparado para salir ya . Yo soy el que se desespera porque tu hermana tarda en acabarse la leche. Porque tu hermano quiere vestirse conmigo al lado. Yo soy el que tarda un segundo de más en darme cuenta y en pedirte perdón por tirarte del pelo al hacerte la coleta . Y en darte un beso para que me perdones, aunque no haga falta . Yo soy el que olvida estas cosas. El que deja que las prisas me hagan olvidar lo que realmente tengo que hacer. Lo que necesitáis. Yo soy el que se olvida de lo importante que es ese Pikachu, ese dinosaurio, esa tarjeta. Lo importante que es irnos al cole con ese muñeco al que agarrarse. Iluso. Yo soy el que no se para a desear de verdad buenos

Muñecos

"¡Qué pequeñitos! ¡Son dos muñequitos!". Esta frase ya la usé en otra entrada anterior. La principal preocupación en ese momento era que los mellizos no estaban ganando mucho peso durante las primeras semanas. Aquello fue un visto y no visto. A Luke y Leia ya no hay quien los pare, las cajas de leche vacías se acumulan y los biberones no paran de entrar y salir de la cocina. Nuestros Pinochos van creciendo.

Esos muñequitos están haciendo que el padre esté babeando todo el día. Como Geppetto, sin saber cuando ni como sus muñecos despertarán. Simplemente te quedas mirándolos. Es increíble lo embobado que puede quedarse uno simplemente viendo como duermen. Si lloran los coges en brazos y se callan. Los alimentas, los limpias, los vistes, los bañas. Y ellos simplemente son mis muñecos. Pero se me cae la baba.

En esos momentos en los que te quedas mirándolos, se te olvidan los llantos, el sueño acumulado a base de dormir de 3 en 3 horas cada noche, los biberones que se quedan a medias o simplemente se los vomitan encima. Ahora que estamos haciéndonos a nuevos ritmos, a nuevas tareas, y poco a poco los ciclos de sueño/comida/cambios se convierten en rutina (agotadora, pero rutina), estoy deseando que llegue el nuevo 'cambio'.

Con el paso de las semanas, embobado, espero que uno mis muñecos me reconozca, me mire y sepa quien soy. Y cuando me sonrían al verme, sean interactivos y 'conozcan', no me imagino cómo será de intensa la 'perturbación en La Fuerza'.

Comentarios

  1. Crecen como si fueran por el hiperespacio, disfruta cada momento, sobre todo tenerlos en el regazo, que es la sensación más placentera para ambas partes :)

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  2. Los muñecos y marionetas son aliados divertidos en la hora de comer para los niños. Con historias y diálogos, transforman la comida en una aventura emocionante, animando a los pequeños a probar nuevos sabores y disfrutar del momento.

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