No es por ti, es por mí...

Yo soy el que tiene prisa . Yo soy el que tiene el reloj en la cabeza. Tic Tac Tic Tac detrás de los ojos. Yo soy el se pone de los nervios si te pones la camiseta o los zapatos al revés, si no te subes la cremallera, si no te abrochas el botón. Yo soy el que quiere que salgamos ya, el que quiere que estés preparado para salir ya . Yo soy el que se desespera porque tu hermana tarda en acabarse la leche. Porque tu hermano quiere vestirse conmigo al lado. Yo soy el que tarda un segundo de más en darme cuenta y en pedirte perdón por tirarte del pelo al hacerte la coleta . Y en darte un beso para que me perdones, aunque no haga falta . Yo soy el que olvida estas cosas. El que deja que las prisas me hagan olvidar lo que realmente tengo que hacer. Lo que necesitáis. Yo soy el que se olvida de lo importante que es ese Pikachu, ese dinosaurio, esa tarjeta. Lo importante que es irnos al cole con ese muñeco al que agarrarse. Iluso. Yo soy el que no se para a desear de verdad buenos

Anarquía

El 3 de diciembre nacieron nuestros mellizos. Y como algo premonitorio, no dieron tiempo ni margen para una mínima planificación. En teoría, había enormes posibilidades de que se adelantara, y la idea era programar el parto, con cesárea con casi total seguridad. Pero no hubo manera. Se ve que ellos tenían ya otros planes en mente...

Desde ese día 3 (3/12/2011), todo ha dado un vuelco tras otro. Básicamente los días pasan con mas o menos agotamiento acumulado, y haciendo mas o menos lo mismo que el día anterior. Pero es imposible llamar 'rutina' a este constante estado de actividad instintiva, de estrés y felicidad cíclica.

Yo siempre me he considerado un improvisador, con un puntito de anarquía en casi todo lo que hago. Incluso en mi trabajo, que fluctúa entre lo rutinario de la maquetación y la inspiración del diseño. Mi forma de trabajar es intuitiva, anárquica, improvisada. Lo necesito así para ser mínimamente creativo. Es el instinto.

Y del resto de aristas, prismas y facetas de mi vida creo que solo puedo sacar la improvisación como mínimo común denominador. Es algo que va intrínsecamente unido a mi mayor defecto, mi debilidad por la procrastinación. Hasta ahora no me ha ido mal, pero en este nuevo universo que me rodea y domina, las reglas han cambiado.
Hay biberones que se quedan a medias, mudas que secar al calor de la estufa, tupperwares de una abuela o de la otra que ir despachando, ciclos de sueño/comida que controlar sin confundir si fue el niño o la niña el que comió el último...

Han pasado trece días y la improvisación no sirve. Se ve superada por la anarquía. El instinto puede valerme para ir capeando los llantos alternos, el hipo de la pequeña Leia, las legañitas de Luke. Pero este plan es mas grande, a muy largo plazo.

Me estoy planteando la necesidad de organizarme, hacer un planning, cuadrantes, control de horarios... Algo improvisaré.

Me temo que este es mi particular 'comerás huevos'.

¡Que la Fuerza os acompañe!

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